30 de septiembre de 2010

Oportunidades

Esta mañana he actualizado la libreta bancaria para ver lo que he cobrado por lo trabajado en el mes de agosto (pagan a mes vencido, cobré el lunes). En un mes de trabajo "neto", es decir, ya descontados los días librados por saliente de guardia, he trabajado 20 días laborales (de 8 de la mañana a 3 de la tarde) y he hecho 6 guardias en Urgencias (4 de 17 horas y 2 de 24 horas) . Si sumamos (20*7) + (4*17) + (2*24) nos salen 256 horas y mucho sueño. Por todo ello he cobrado en torno a los 2.300 euros.

Los albañiles del seguro que me han arreglado el tejado del patio en tres mañanas (7x4 metros de chapa y "un cubo" de masilla para juntear los bordes) han facturado 2.500 euros. Los que pintaron dos desconchados de la pared del patio, de menos de 1 metros cuadrado cada uno, han facturado 450 euros por media hora de trabajo. Los que vinieron a pintar los dos arcos y el trozo de pared que se humedecieron cuando se me inundó la casa por la intensa granizada y la tromba de lluvia que cayó en Murcia (por cierto, que ocurrió la noche antes de una guardia de 24 horas), han facturado casi 2.000 euros por un día de trabajo.

Sin palabras. Y aún hay quien cree que íbamos por el buen camino, que el boom inmobiliario ha sido "lo mejor que nos ha pasado a los jóvenes" (claro, sobre todo a los que se salían de estudiar y se iban a la construcción) y que el hecho de que un crío de 19 años que abandonó los estudios a los 16 y ahora es peón de albañil, con un BMW nuevecico en la puerta de su casa, es signo de "igualdad de oportunidades". Ya. Los cojones. Por cierto, menos de un 3% de médicos secundaron la huelga de ayer: cuanto menos, significativo.

29-S (+1)

No ha sido el parón absoluto que los sindicatos hubiesen soñado, pero ni mucho menos el fracaso estrepitoso que a la derecha tanto le hacía salivar. El sindicalismo, afortunadamente, sigue vivo, aunque España es un lugar peculiar. Dentro de la Unión Europea, este país mantiene dos plusmarcas muy esclarecedoras: es uno de los estados con menor porcentaje de afiliación sindical entre los trabajadores (sólo el 15%); y también el que más porcentaje de empresas tiene asociadas en la patronal (el 72%).

Sin hacer sociología de barra de bar ni culpar a la pereza hidalga o a la siesta de nuestros males históricos, hay tres motivos que explican bien esta doble anormalidad que tanto se nota después cuando se compara la protección social en España con la de los demás países europeos. El primero: que, a diferencia del resto de la UE, los sindicatos eran aquí ilegales hasta hace no tanto. El segundo: que la gran mayoría del tejido empresarial español está compuesto por pymes, por pequeñas empresas, donde cuesta mucho más plantar cara al patrón. El tercero: que también somos el país de Europa con mayor paro y mayor temporalidad en los contratos; es decir, el país con mayor precariedad laboral.

Que con mimbres como estos, con el miedo al abismo económico que nos derrota a todos, con la martilleante campaña antisindical y con casi todos los medios y las encuestas en contra, los sindicatos hayan sido capaces de movilizar a millones de trabajadores en una huelga como la de ayer, supone un toque de atención que el Gobierno no debería ignorar. Los que han protestado no son, precisamente, los votantes de Mariano Rajoy. Es el presidente José Luis Rodríguez Zapatero quien se juega el futuro del PSOE si no sabe escuchar, negociar y rectificar.


(@iescolar)

27 de septiembre de 2010

Expediente X

23 de septiembre de 2010

Guías clínicas vs Efecto sobre la salud

He aquí uno que se agobia porque empieza ahora a ver embarazadas en la consulta, con todo lo que ello conlleva: saber qué fármacos son seguros y cuándo está indicado tratar; explicar que no necesitan vitaminas más allá de las que les aporta una dieta equilibrada; informar de que los productos homeopáticos carecen de base científica y que "ese preparado con trazas de concha de calamar" le habrá hecho efecto, no lo dudo, pero no es distinto al que le hubiera hecho un comprimido de color rosa relleno de excipientes (por decir algo); etc etc.

Una de esas dudas existenciales es la correspondiente al tratamiento de la anemia en la embarazada sin riesgo. Personalmente, nunca he logrado comprender por qué hay que tratar una alteración analítica que no se traduce clínicamente ni supone un gran riesgo, esto es, una cifra ligeramente baja de hemoglobina que la paciente tolera perfectamente. Revisando y revisando, he topado con un post de Enrique Gavilán donde se trata este mismo asunto, y los autores de la revisión concluyen que:

No se encontraron bases científicas que indiquen que en mujeres por lo demás sanas, los beneficios de los tratamientos para la anemia leve en el embarazo superarán los efectos adversos asociados con ellos. No se encontraron pruebas de que en las mujeres con anemia ferropénica en el embarazo, la mejoría en los índices hematológicos se traduzcan en mejorías clínicas para ellas o sus hijos...
Entonces, ¿qué hacemos con la anemia de las embarazadas? ¿Hacemos caso a las guías clínicas vigentes, a la evidencia actualmente disponible, a la medicina defensiva o al sentido común?

Valga otro ejemplo: La guía clínica de la Sociedad Europea de Hipertensión (ESH) de 2007 recomienda la utilización del filtrado glomerular estimado (FGe) como un método de elevado valor pronóstico para evaluar el riesgo cardiovascular de los pacientes con HTA. Pues bien, la recomendación aportada por esta guía clínica incrementó las interconsultas de AP a nefrología en un 270% (con el consecuente incremento del gasto sanitario) pero no se sabe si aumentó la salud de la población a la que iba destinada.

El propio Enrique re-formula la cuestión: la historia de la medicina está llena de recomendaciones realizadas con “fuerte voluntad y determinación”, por el hecho de haber sido basadas en estudios científicos, pero a veces sucede que dichos estudios prueban sólo variables intermedias, sin ninguna vinculación con resultados finales relacionados con la salud. Ante esto cabe preguntarse si las personas que redactan las guías y protocolos supuestamente basadas en evidencias lo hacen pensando en los que tienen que tomar decisiones clínicas, o (...) si han perdido el norte de lo que significa esto de la medicina.

PS: Otro día hablaremos sobre la "patente de indicación", es decir, por qué un genérico no está indicado en todos los casos en los que está indicado el fármaco de pedigrí, siendo ambos bioequivalentes... Una práctica "tramposa" por parte de la industria químico-farmacéutica y que dificulta nuestra praxis diaria a la hora de prescribir ciertos fármacos.

19 de septiembre de 2010

D.E.P, Labordeta






16 de septiembre de 2010

Capicúa



He de reconocer que me encantan los viejecicos. Tal vez se deba a que mis abuelos vivieron sus últimos años en nuestra casa, y aquí se fueron "aniñando" poco a poco hasta que, al fin, recorrieron el mismo camino que cuando nacieron... pero a la inversa: fueron des-aprendiendo, perdiendo habilidades.

Mis abuelos murieron en casa. Fuimos sus cuidadores y acompañantes en ese proceso por el que los cuerpos se apagan. Mi abuela fue un encanto de persona hasta el último suspiro. Mi abuelo, por contra, nos hizo padecer bastante: sus últimos meses los vivió con una nula calidad de vida, y eso se traslada a los cuidadores. Pero de todo se aprende. Y, créanme, hay mucho, mucho que aprender de una persona que ha vivido casi un siglo...

15 de septiembre de 2010

De vuelta...

(...) a las andadas. Ya estoy por aquí de nuevo, correa en mano, paseando al cánido. ¡Y sin bozal! Tras 15 días de descanso (aunque descansar, lo que se dice descansar, bien poco), retomo el blog y las demás actividades cotidianas.

Preparado para hacer ruido por aquí y por otros lares menos individualistas y más colectivos, varios proyectos se agolpan ya sobre la mesa del escritorio: blog del centro de salud (ya casi está), jornadas de política local (interesantísimo), primarias del PSRM, alguna sesión clínica para octubre, guardias de SUAP (aún no me he estrenado -o estrellado- en ese campo), investigación sobre interconsultas, etc. Mil cosas y poco tiempo, pero muchas ganas de empezar a "caminar" por esas sendas. Será cuestión de organizarse.

Mañana vuelvo al centro de salud y tengo pacientes programados para revisión. Algunos fueron vistos el año pasado por mi R2, la Dra. Mayi, una dominicana simpatiquísima que en estos momentos (vale: hora arriba, hora abajo) debe estar frente al altar y a punto de darle el "sí, quiero" a su prometido. Les deseo lo mejor. Y a ustedes, a todos vosotros, un saludo. Nos vamos leyendo ;)

PS: Por cierto, en este preciso instante se está desarrollando el pleno de la Asamblea Regional donde se debatirá acerca de la Ley de Salud Sexual y Reproductiva. Tras conocer por parte del PP regional que se proponen derogar (¿?) la nueva Ley si ganan las Elecciones Generales, habrá que estar atentos a este debate. Podéis seguir el timeline de María González Veracruz (en Twitter, @mariagv), quien suele informar en tiempo real sobre el desarrollo de las sesiones plenarias. Sólo unos pocos datos al respecto de las políticas de prevención del Gobierno Regional en cuanto a embarazos no deseados que terminan en aborto: en 1999, tasa de 5'64 abortos y en 2008, 16'59 (x 1000 habitantes en la Región de Murcia). A todas luces, faltan "luces". Y sobra demagogia al respecto.

2 de septiembre de 2010

Lecturas vacacionales (o vocacionales)

Una lectura muy interesante:

(...) Puede decirse por tanto que, en la sociedad belga, la separación entre Iglesia y Estado es completa en el marco de un pluralismo cívico aceptado por todas las partes, incluidos, por supuesto, los obispos.

Pero no tengo tan claro que en España estemos en este punto. Y el posicionamiento del magistrado del Constitucional me lo sugiere aún más. La influencia de "lo católico" sigue sobrepasando claramente los límites de lo aceptable en una sociedad pluralista y democrática. Es grave, a mi modo de ver, que alguien pueda pensar que la constitucionalidad o inconstitucionalidad de una ley pueda ser evaluada con un instrumento distinto al de la propia Carta Magna. Menos aún, con el catecismo de la Iglesia católica. Y es que los funcionarios públicos deben tomar decisiones basadas en el interés público, no en sus presupuestos morales privados.

Aunque todas las personas tengamos dichos presupuestos, basados o no en convicciones religiosas, cuando los que desempeñamos funciones públicas -jueces, médicos, militares, políticos- actuamos en el ejercicio de nuestro cargo debemos ser capaces de ponerlos entre paréntesis. Sólo podemos guiar nuestros juicios y nuestras actuaciones por los valores de una ética cívica pública y por la ley. Si no somos capaces de hacer esto, entonces, por coherencia y honestidad, debemos dimitir.

Así lo hizo, aunque solo fuera transitoriamente, el rey Balduino de Bélgica cuando se aprobó la ley del aborto: no quería sancionar una ley que iba en contra de su conciencia privada, pero no podía, como cargo público, bloquear una ley aprobada por la mayoría de los ciudadanos. (Más información)

No entender ni aplicar estos conceptos constituye, a mi modo de ver, un ataque frontal al pluralismo, al bien común, a la esencia de la democracia. No es que nuestro alto Tribunal esté como para dar mucho ejemplo de nada, gracias a la inestimable colaboración de los partidos políticos, pero me resulta impensable que un magistrado del Constitucional pueda permitirse incurrir en un error tan tremendamente grave que nos devolvería a oscuros tiempos pasados de los que pensábamos que ya habíamos salido.

Artículo íntegro AQUÍ.