30 de octubre de 2010

Tus eosinófilos

A esta hora de la mañana te toca análisis de sangre. Ahí estarás, pues, ofreciendo la cara interna de tu brazo a alguien que lo estrangulará con una goma a la altura del bíceps para que se manifieste la vena, la vena tuya, que aparece enseguida como un clítoris asustado en la zona más frágil de esa articulación. Ahí está la aguja rompiendo la barrera de la piel, penetrando con violencia calculada en el vaso, del que extraerá unos centímetros de plasma lleno de leucocitos, linfocitos, monocitos, neutrófilos, eosinófilos... Todo lo que te pertenece suena a música, también tus hematocritos y tu hemoglobina y tus hematíes. Ahí está ya tu sangre roja cruzando la ciudad en un tubo de ensayo mientras tú sacas el coche del parking y pones una canción de Antonio Vega que cantarás entre semáforo y semáforo. Tu sangre por un lado, tu cuerpo por otro y yo por otro.

Ahora imagino que soy el técnico de laboratorio al que le llega la muestra que acaban de robarte y que en vez de analizarla me la bebo. Me bebo todas las muestras que llevan tu nombre como me comería todas tus biopsias, corazón. Y daría cuenta también a ojos cerrados de tu fósforo, de tu creatinina, de tu calcio total y de tu albúmina, aunque para ello tuviera que beberme la muestra de orina que tan delicadamente, tras bajarte las braguitas de espuma, has depositado sobre el frasco estéril de plástico. Tú atravesando la ciudad en una dirección, tu orina en otra y yo mismo en otra, cada uno víctima de un metabolismo, de una transaminasa, de una fosfatasa alcalina, de un tiempo de sedimentación, de unos iones, de una desintegración lipídica, de unos marcadores tumorales. Pienso a estas horas de la mañana en tu glucosa basal y me excito como un adolescente. Cuántas palabras inauditas componen tu cuerpo, amor. Y todas llueven en este instante sobre la ciudad.

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"Tus eosinófilos", de Juan José Millás.

No he actualizado antes el blog porque esta semana he estado más liado: curso el miércoles (ECG), guardia el jueves (puerta de urgencias) y guardia hoy (SUAP). El martes que viene, otra guardia de puerta. Así que ya nos leemos de nuevo a partir del miércoles.

19 de octubre de 2010

Soltando lastre

No estaba muerto. Ni estaba de parranda.
Estaba con una neumonía (los puristas dicen "NAC") que me ha dejado cansado, cansadísimo pero que ya se va marchando por donde vino, antibiótico mediante. Balance: 9 días fastidiado, 2 guardias no hechas y una "fiesta interruptus" de residentes que no pude acoger con la energía pertinente porque aún estaba (y estoy) convaleciente.

Fiesta de residentes.
Fue una noche aquella muy especial. Llego temprano y aún no hay nadie (para variar) pero la suerte se hace carne y, de la nada, aparece mi querida E (despampanante socorrista de Cruz Roja y, no obstante, arquitecto técnico) y me saluda desde la terraza del Teatro Romea. Voy sin gafas, estoy lejos y no sé quién me llama pero la voz femenina me invita a acercarme. Así, como quien no quiere la cosa, aprovecho para conversar con ella mientras tomamos una caña y vamos viendo llegar a todos los residentes, analizando los distintos subgrupos desde nuestra atalaya de a dos euros la caña. "Qué médicos más jóvenes", se extraña, y me doy cuenta de cuánta razón lleva cuando las mesas vecinas, repletas de gente rica/pija de cuarentaytantos, comentan algo por el estilo.
Para mi, lo mejor de este tipo de eventos es el reencuentro con los ex-compañeros y amigos de la Facultad y/o del MIR, y la toma de contacto con los residentes foráneos. A destacar JN, que era R1 cuando hice las prácticas de Patología General en 2004 y que ahora es adjunto de Urgencias (él me atendió hace 2 semanas cuando fui con neumonía). Él fue también el culpable de que incumpliese mi norma de "cero alcohol al volante" porque se empeñó en que me tomara una copa que ya me estaba pidiendo, y acertó de lleno con la elección, así que no pude negarme. Eso sí, también me dijo "cada cigarro que te fumes es un preferente que te pondré en la próxima guardia". Creo que no fumé en toda la noche.

Urgencias.
El domingo tuve guardia de 24 horas: hice mi primera artrocentesis y me re-encontré con la enfermera que me atendió en Urgencias cuando llegué saturando al 92%. La he blog-bautizado como"la enfermera de mirada profunda" (ya hablaré de ello algún día). Fue una buena guardia pese a no parar de trabajar ni un minuto desde las 11 de la mañana hasta las 2.00 de la madrugada.

This week.
Ayer, saliente, estuve en la playa; no comento nada para no dar envidia al personal (sólo diré que el agua estaba especialmente buena). Mañana tengo curso en la Unidad Docente y tendré [tendremos] el placer de contar con un gran docente de mi centro de salud (Roger) que nos hablará sobre comunicación. El jueves, tutoría a primera hora que aprovecharé para clarificar qué hacer con la sesión clínica que estoy preparando para la próxima semana; luego me vuelvo a la Unidad Docente para asistir a la reunión de la Comisión de Docencia. Y el viernes, estudio y programada, para acabar el día con la exéresis de una uña encarnada y, si pudiera, recuperaría la guardia de SUAP que tengo pendiente.

La semana pinta bien. Y qué gusto da volver por estos lares. Un saludo a tod@s, en especial a Rafa Cofiño, que me citó en su blog y no tuve la deferencia -ni la oportunidad- de comentar el post.

4 de octubre de 2010

Antipiscóticos y riesgo de diabetes.

Estudios previos han sugerido la existencia de una asociación entre el tratamiento antipsicótico y riesgo de diabetes.

Ahora, un estudio danés ha investigado la posible incidencia de diabetes en personas que ha sido tratadas con medicamentos antipsicóticos en la práctica clínica. El estudio utilizó la vinculación de los registros de todos los antipsicóticos y antidiabéticos prescritos así como el registro de diagnóstico de la diabetes en Dinamarca desde 1996 hasta 2005. Se identificaron todas las personas tratadas con antipsicóticos (n=345.937) de una muestra aleatoria de aproximadamente el 30% de la población total danesa (n=1.426.488). Han obtenido los siguientes resultados:

• Entre la población total, 50.379 personas desarrollaron diabetes.

• En comparación con individuos no expuestos, el tratamiento con la primera generación de antipsicóticos (RR=1.53, IC95%:1.49-1.56), así como con la segunda generación (RR=1.32, IC95%:1.22-1.42) se asocia con un mayor riesgo de incidencia de diabetes de nueva aparición posterior al tratamiento.

La tasa de incidencia de diabetes varía sustancialmente entre los distintos medicamentos antipsicóticos de segunda generación en comparación con individuos no expuestos: olanzapina, clozapina, risperidona: de baja a moderada; ziprasidona y sertindol: dos o más veces mayor; amisulprida, quetiapina y el aripiprazol: no hay relación significativa de aumento de la tasa de incidencia.

• Tanto para los de primera como de segunda generación de antipsicóticos, la incidencia de la diabetes aumenta con el número de prescripciones.

• La incidencia de la diabetes aumenta con el número de la combinación de los fármacos antipsicóticos.

Los investigadores concluyen que su estudio, vinculado al registro de base de datos poblacional con 10 años de seguimiento, mostró que en la práctica clínica el tratamiento con antipsicóticos se asocian con un mayor riesgo de diabetes de nueva aparición. El riesgo aumenta con la duración del tratamiento y con polifarmacia de los fármacos antipsicóticos.

Hemos Leído una posible explicación: “la intolerancia a la glucosa en pacientes que toman antipsicóticos es consecuencia del bloqueo que ejercen estos fármacos en receptores del neurotransmisor dopamina ubicados, no en el cerebro, sino en el páncreas donde “perturban” el control normal de la secreción de insulina. Por eso, cuando se indican estos fármacos, hay que tener en cuenta sus efectos a largo plazo tanto en el sistema nervioso central como en el periférico.

Artículo íntegro en Hemos Leído.