Estudios previos han sugerido la existencia de una asociación entre el tratamiento antipsicótico y riesgo de diabetes.
Ahora, un estudio danés ha investigado la posible incidencia de diabetes en personas que ha sido tratadas con medicamentos antipsicóticos en la práctica clínica. El estudio utilizó la vinculación de los registros de todos los antipsicóticos y antidiabéticos prescritos así como el registro de diagnóstico de la diabetes en Dinamarca desde 1996 hasta 2005. Se identificaron todas las personas tratadas con antipsicóticos (n=345.937) de una muestra aleatoria de aproximadamente el 30% de la población total danesa (n=1.426.488). Han obtenido los siguientes resultados:
• Entre la población total, 50.379 personas desarrollaron diabetes.
• En comparación con individuos no expuestos, el tratamiento con la primera generación de antipsicóticos (RR=1.53, IC95%:1.49-1.56), así como con la segunda generación (RR=1.32, IC95%:1.22-1.42) se asocia con un mayor riesgo de incidencia de diabetes de nueva aparición posterior al tratamiento.
• La tasa de incidencia de diabetes varía sustancialmente entre los distintos medicamentos antipsicóticos de segunda generación en comparación con individuos no expuestos: olanzapina, clozapina, risperidona: de baja a moderada; ziprasidona y sertindol: dos o más veces mayor; amisulprida, quetiapina y el aripiprazol: no hay relación significativa de aumento de la tasa de incidencia.
• Tanto para los de primera como de segunda generación de antipsicóticos, la incidencia de la diabetes aumenta con el número de prescripciones.
• La incidencia de la diabetes aumenta con el número de la combinación de los fármacos antipsicóticos.
Los investigadores concluyen que su estudio, vinculado al registro de base de datos poblacional con 10 años de seguimiento, mostró que en la práctica clínica el tratamiento con antipsicóticos se asocian con un mayor riesgo de diabetes de nueva aparición. El riesgo aumenta con la duración del tratamiento y con polifarmacia de los fármacos antipsicóticos.
Hemos Leído una posible explicación: “la intolerancia a la glucosa en pacientes que toman antipsicóticos es consecuencia del bloqueo que ejercen estos fármacos en receptores del neurotransmisor dopamina ubicados, no en el cerebro, sino en el páncreas donde “perturban” el control normal de la secreción de insulina. Por eso, cuando se indican estos fármacos, hay que tener en cuenta sus efectos a largo plazo tanto en el sistema nervioso central como en el periférico.
Artículo íntegro en Hemos Leído.
• Entre la población total, 50.379 personas desarrollaron diabetes.
• En comparación con individuos no expuestos, el tratamiento con la primera generación de antipsicóticos (RR=1.53, IC95%:1.49-1.56), así como con la segunda generación (RR=1.32, IC95%:1.22-1.42) se asocia con un mayor riesgo de incidencia de diabetes de nueva aparición posterior al tratamiento.
• La tasa de incidencia de diabetes varía sustancialmente entre los distintos medicamentos antipsicóticos de segunda generación en comparación con individuos no expuestos: olanzapina, clozapina, risperidona: de baja a moderada; ziprasidona y sertindol: dos o más veces mayor; amisulprida, quetiapina y el aripiprazol: no hay relación significativa de aumento de la tasa de incidencia.
• Tanto para los de primera como de segunda generación de antipsicóticos, la incidencia de la diabetes aumenta con el número de prescripciones.
• La incidencia de la diabetes aumenta con el número de la combinación de los fármacos antipsicóticos.
Los investigadores concluyen que su estudio, vinculado al registro de base de datos poblacional con 10 años de seguimiento, mostró que en la práctica clínica el tratamiento con antipsicóticos se asocian con un mayor riesgo de diabetes de nueva aparición. El riesgo aumenta con la duración del tratamiento y con polifarmacia de los fármacos antipsicóticos.
Hemos Leído una posible explicación: “la intolerancia a la glucosa en pacientes que toman antipsicóticos es consecuencia del bloqueo que ejercen estos fármacos en receptores del neurotransmisor dopamina ubicados, no en el cerebro, sino en el páncreas donde “perturban” el control normal de la secreción de insulina. Por eso, cuando se indican estos fármacos, hay que tener en cuenta sus efectos a largo plazo tanto en el sistema nervioso central como en el periférico.
Artículo íntegro en Hemos Leído.
1 comentario:
Oye, pásate por el blog de Rafa Cofiño. Hablan de nosotros (bueno, más bien de ti, y de mí de pasada y por las circunstancias, jajajajaja):
https://saludcomunitaria.wordpress.com/
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