21 de julio de 2008

Modas, modismos y demodé

Fuente: Patente de Corso, Arturo Pérez-Reverte

Un Facha de 7 años

Me interpela un lector algo –o muy– dolido porque de vez
en cuando aludo a España como este país de mierda. El citado lector, que sin duda tiene un sentimiento patriótico susceptible y no mucha agudeza leyendo entre líneas, pero está en su derecho, considera que me paso varios pueblos y una gasolinera. Le extraña, por otra parte, y me lo comunica con acidez, que alguien que, como el arriba firmante, ha escrito algunas novelas con trasfondo histórico, y que además parece complacerse en recuperar episodios olvidados de nuestra Historia en esta misma página, sea tan brutal a la hora de referirse a la tierra y a los individuos que de una u otra forma, le gusten o no, son su patria y sus compatriotas.

La verdad es que podría, perfectamente, escaquearme diciendo que cada cual tiene perfecto derecho a hablar con dureza de aquello que ama, precisamente porque lo ama. Y que cuando abro un libro de Historia y observo ciertos atroces paralelismos con la España de hoy, o con la de siempre, y comprendo mejor lo que fuimos y lo que somos, me duelen las asaduras. Aunque, la verdad, ya ni siquiera duelen. Al menos no como antes, cuando creía que la estupidez, la incultura, la insolidaridad, la ancestral mala baba que nos gastamos aquí, tenían arreglo. La edad y las canas ponen las cosas en su sitio: ahora sé que esto no lo arregla nadie. España es uno de los países más afortunados del mundo, y al mismo tiempo el más estúpido. Aquí vivimos como en ningún otro lugar de Europa, y la prueba es que los guiris saben dónde calentarse los huesos. Lo tenemos todo, pero nos gusta reventarlo. Hablo de ustedes y de mí. Nuestra envilecida y analfabeta clase política, nuestros caciques territoriales, nuestros obispos siniestros, nuestra infame educación, nuestras ministras idiotas del miembro y de la miembra, son reflejo de la sociedad que los elige, los aplaude, los disfruta y los soporta. Y parece mentira. Con la de gente que hemos fusilado aquí a lo largo de nuestra historia, y siempre fue a la gente equivocada. A los infelices pillados en medio. Quizá porque quienes fusilan, da igual en qué bando estén, siempre son los mismos.

Pero me estoy metiendo en jardines complejos, oigan. El que quiera tener su opinión sobre todo eso, acertada o no, pero suya y no de otros, que lea y mire. Y si no, que se conforme con Operación Triunfo, con Corazón Rosa o con Operación Top Model, o como se llamen, y le vayan dando. Cada cual tiene lo que, en fin, etcétera. Ya saben. Por mi parte, como todavía me permiten y pagan este folio y medio de terapia personal cada semana –es higiénico poder morir matando–, me reafirmo un día más en lo de país de mierda. Y lo voy a justificar hoy, miren por donde, con una bonita anésdota anesdótica. Una de tantas.

Verán. Un niño de siete años, sobrino de un amigo mío, observando hace poco que varios de sus amigos llevaban camisetas de manga corta con banderas de varios países, la norteamericana y la de Brasil entre ellas –algo que por lo visto está de moda–, le pidió al tío de regalo una camiseta con la bandera española. «Van a flipar mis amigos, tito», dijo el infeliz del crío. Según cuenta mi amigo, el sobrinete bajó al parque como una flecha, orgulloso de su prenda, con la ilusión que en esas cosas sólo puede poner una criatura. A los diez minutos subió descompuesto, avergonzado, a cambiarse de ropa. El tío fue a verlo a su habitación, y allí estaba el chiquillo, al filo de las lágrimas y con la camiseta arrugada en un rincón. «Me han dicho que si soy facha o qué», fue el comentario.

Siete años, señoras y caballeros. La criatura. Y no en el País Vasconi en Cataluña, ni en Galicia. En la Manga del Mar Menor, provincia de Murcia. Casualmente, y sólo una semana después de que me contaran esa edificante historia infantil, otro amigo, Carlos, gerente de un importante club náutico de la zona, me confiaba que ya no encarga polos deportivos para sus regatistas con el tradicional filetillo de la bandera española en las mangas y en el cuello. «En las competiciones con clubs de otras autonomías –explicó– están mal vistos.»

Dirán algunos que, tal y como anda el asunto, podríamos mandar a tomar por saco ese viejo trapo y hacer uno distinto. Al fin y al cabo sólo existe desde hace dos siglos y medio. Podríamos encargarle una bandera nueva, más actual, a Mariscal, a Alberto Corazón, a Victorio o a Lucchino. O a todos juntos. Pero es que iba a dar igual. Tendríamos las mismas aunque pusiéramos una de color rosa con un mechero Bic, un arpa y la niña de los Simpson en el centro; y en las carreteras, el borreguito de Norit en vez del toro de Osborne. El problema no es la bandera, ni el toro, sino la puta que nos parió. A todos nosotros. A los ciudadanos de este país de mierda.

8 comentarios:

Saturnalia dijo...

[reverencia]

J.Abenza dijo...

Yo también me quito el sombrero (esta vez) ante el maestro Arturo.

He de decir qeu muchas veces lo he odiado, a veces con mucho fundamento y otras con menos razón (y aún así, mis motivos "literarios" tengo; aunque pocos los conocen), son rencillas entre escritores: uno ya consagrado y otro (quien escribe este comentario) que empieza y, a veces, pega demasiado fuerte y sin mirar bien a quién sacude.

Pero esta vez, como digo, me ha dejado sin palabras y con la boca acierta.

Saludetesss

Mamenawer dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mamenawer dijo...

No m gusta llamar a España Pais de Mierda, pero... es que a veces...

El problema es q parece que a veces necesitamos regocijarnos en nuestro catetismo... Saben los niños de 7 años lo que es un facha? pero mejor aún, y los de 20?, o lo que es un rojo o un anarquista? Pues quitando los poquitos que haya de 18-20 años ( por decir una edad, podria subir hasta los 35), que se hayan molestado en leer libros de historia, y documentarse, todo lo que saben es de oidas, de sus papas, de sus hermanos mayores, o del guay de la clase que dice q es facha y va a pegar a los moros! Y lo digo, porque esto lo he vivido.

A ver si leemos más, y poco a poco, cada uno va haciendose y formando un criterio objetivo ( en la medida de lo posible) y dejamos de decir chorradas... pq no es malo llevar una camiseta con el escudo d España, pq eso no es ser facha, ( eso no lo decian cuando ganaron la Eurocopa no? q ahí estaba medio país con la camiseta, la banderita en el balcon... etc, cosa que desde luego veo muy bien, por mi parte) que tampoco hace falta tirar todas las estatuas(porque de los errores se aprende... y no hace falta eliminar el pasado, si no APRENDER de lo que se hizo mal, para que no se repita) Eso si, yo quiero que pongan la calle de la madre que pario a Casillas, jaja

Me encanta como escribe Reverte, aunque no siempre este de acuerdo... en ese caso si, la verdad

Anónimo dijo...

Es una " pollada!"...: Siempre creí que tenías un "pelín" de dislexia, porque, absolutamente todo lo que escribías en la página de clase.. era así.."qeu"...
( O puede que uses corrector ortográfico, que evidentemente.. siempre irá a las " qeus!!"....)
Un abrazo, compañero!!

J.Abenza dijo...

Maldito corrector, sí, ejem ejem, eso, el corrector, jajaja

La verdad es que el problema de la "qeu" es más bien mecánico qeu mental... me explico: la U pilla en el lado derecho del teclado, justo el lado en el que sólo uso un dedo para las teclas de ese "hemiteclado" y otro para la barra espaciadora (ya puedes imaginar el motivo). Y como siempre voy con prisas, no rectifico el error: básicamente me he acostumbrado a ello y ya no me molesta verlo subrayado en rojo, jajaja.

Saludos, compañer@
(no sé quien eres :( jou )

J. dijo...

¡Grande Reverte!

Reconocible a la legua y sin gafas (que yo las utilizo).

J.Abenza dijo...

Como se aprecia en mi perfil... me too!

nada, nada... así vemos mejor y no perdemos detalle, que de instantes fugaces está la vida llena. No sea que nos los perdamos por caprichos de la estética X'D