Hoy me voy a mojar, sabedor de que me van a llover hostias como panes desde todos los frentes habidos y por haber; si no por aquí, seguro que sí en la calle.
Si esta entrada llega a los 20 comentarios, perfecto: eso significará que me han leído muchos que  se atreven a comentar. Si no llega a los 20, perfecto: eso significará que muchos de los que no comentan lo hacen por vergüenza torera, pues, aunque no comenten, yo sé desde dónde vienen y a dónde van las visitas de mi blog (y la inmensa mayoría de las IP vienen de Lorquí... "no hace falta decir más", que diría el míster).
Me envían un email para que entre a leer una noticia de mi pueblo en un medio digital; más que leer la noticia, me dicen que lea los comentarios, y me destacan dos en particular, uno de los cuales es éste (literalmente copiado), toda una perla socio-antropológica:
Sólo tres 
cosillas a matizar:
La primera-. Dice que los inmigrantes se han
 "integrado POR LAS BUENAS O POR LAS MALAS". En fin, que me lo expliquen. Porque parece más un deseo coercitivo ("
o te integras o te integro, ya lo verás") que una celebración del civismo y la altura de miras de nuestra sociedad.
La segunda-. Más adelante dice que 
"se han creado recintos de oración, (...) consentidas oficialmente por gobiernos y corporaciones locales (...) no hay ningún tipo de control sobre estas actividades (...) campan a sus anchas por el territorio español, consiguiendo adeptos y ordenando movimientos. Esto es una realidad (...) ha tomado una fuerza desorbitada y lo que antes eran grupos disueltos de fieles, ahora son colectivos organizados, que actúan de la misma manera y se deben a ideales que les son inculcados".Cualquiera diría que este español 
de bien está criticando a la Conferencia Episcopal y sus (nunca nuevas) aspiraciones: "
inculcar" su visión de la realidad (y moralidad) española y mundial -
a pesar de la libertad religiosa de España promulgada en la Constitución, el patente anacronismo de la cúpula de la Iglesia para con las auténticas preocupaciones de la sociedad moderna, y el furibundo ataque a cuantas posturas e ideologías no comulguen con la suya, única y absoluta verdad-, y su otra aspiración: la de convertirse en una fuerza política con la que derrotar a la centro-izquierda y controlar a la derecha (y centro-derecha), cual anillo único del poder en el universo 
tolkiano.
Pero procuraremos ser menos rebuscados y admitiremos que se está refiriendo a los musulmanes de mi pueblo... A este respecto, sólo le ha faltado decir que están conculcando nuestros derechos básicos y elementales al aspirar ellos -
los nuevos, los no llamados al "reparto del pastel" de los derechos, las libertades y las oportunidades del primer mundo-, a poner en práctica los derechos (también los deberes) que han adquirido como ciudadanos (quieran ser españoles o no) en un país cuya Constitución aboga por la libertad religiosa y el derecho de asociación, a la par que exige el 
cumplimiento de las normas y leyes vigentes en el Estado. Tal vez, no sé, este español 
de bien sólo se siente un ciudadano 
completo los domingos, al salir de misa, y eso lo respeto; pero tal vez, no sé, este español 
de bien no llega a entender que a los musulmanes les suceda con su religión lo mismo que a él con la suya, sólo que cambian la iglesia por una mezquita y no sólo acuden la mañana del domingo; ni se limitan a 
oír a su "imán", sino que hablan y debaten; y tampoco se dedican sólo a reflexionar sobre las escrituras, sino que analizan la posición y las particularidades de su comunidad en la sociedad. ¿Acaso es esto digno de persecución? Es más, ¿acaso no sería esto algo positivo, digno de implementarlo en todas las comunidades religiosas de nuestro pueblo, región o estado? ¿No sería bueno que cada comunidad analizase en qué puede ayudar a los suyos, cómo puede hacerlo y qué le puede aportar a la sociedad (y viceversa)? Claro que sería bueno, y más en período de crisis.
Llamémoslo entonces envidia, cinismo y desconocimiento. O miedo. 
Llamémoslo así; porque la alternativa es llamarlo "gilipollez e hipocresía", y ya sabéis que no me gusta regalar epítetos a quien no da más de sí, sea miembro o 
miembra, y tenga la edad que tenga.
La tercera-. No acaba aquí la xenofobia, no, entramos ahora en el campo de lo 
conspiranoico, campo abonado por las teorías de ciertos políticos y sus medios de 
comunicación. Y así, en un par de líneas señaladas en rojo, hacemos un salto en el continuo espacio-tiempo y nos retrotraemos a épocas de gestas bochornosas, "
epic fails" y 
"aznaradas" varias, como la siguiente: 
"no quiero decir que se esté planeando ningún atentado (que por que no? pudiera ser) (...) estamos consintiendo que esta gente se organice, se crezca y se plantee por supuesto metas mayores". Sin duda alguna, esta frase quedará guardada en el cajón del "
y no están en montañas lejanas ni desiertos remotos los culpables del 11-M".
Lo que no entiendo de este "comentario" es que la persona que lo haya escrito esté tan encima de la sospecha acerca de la existencia de células 
yihadistas en su (nuestro) propio pueblo y aún no haya llamado a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. O mejor aún, que se lo diga a quien se encargue de estas cosas en el 
Ayuntamiento, el concejal o concejala de Interior, supongo...  ¡Hombre de Dios!! ¡Si esto es justo lo que necesita 
Lorquí: ver que la Policía Local atrapa a 
"los malos", les pide "
los papeles, venga, los papeles" y los registra en un esquina "
a la vista del público morboso", para que el pueblo vea qué buenos somos en este 
Ayuntamiento y qué en serio nos tomamos la seguridad de las 
gentes de bien!
Válgame Dios, la de sandeces que hay que aguantar.
Por cierto, sin ánimo de ofender a ningún policía local que aterrice en esta página: yo estoy con vosotros, hacéis bien vuestro trabajo; pero hay cosas que no debierais transigir por parte de los políticos de 
Lorquí (que si 
súbeme en coche, que si 
llama a ver de quién es ese coche antes de denunciarlo, que a lo mejor es de los nuestros y demás 
caprichos de las corporaciones municipales (y sus asesores) de turno, todas y cada una de ellas. Vuestro sueldo no depende de ellos, por tanto, que tampoco lo haga vuestra dignidad. El día en que se aprecie la necesaria e imprescindible separación de poderes que establecen nuestras leyes, nuestro pueblo os adorará y os saludará felicitándoos por vuestro trabajo.
Hasta entonces... puede pasar de todo; sobre todo si seguís 
empeñados en llevaros mal con los jóvenes y en sancionar y mirar para otro lado, en lugar de colaborar para llegar a un acuerdo entre todos, entre todo el pueblo. Y que conste que no es por vuestra culpa, sino (sobre todo) por la de quienes, desde el 
ayuntamiento y/o venidos desde otras comisarías -
proclamados como consejeros o asesores 
salvapatrias-, creen poder 
mandaros. Y sí, los "
jóvenes deslenguados que hemos perdido la poca educación que quedaba en Essspaña" también tenemos la culpa. Pero también hay 
vecinas (y no señalo)
 que llaman a la Policía a las 3 de la mañana para decir que los jóvenes están montando un escándalo en la calle, a la salida de una cafetería... a pesar de que los únicos que en ese momento están en la calle son una  pareja de policías (por cuyo 
walkee suena esta queja, con el añadido de "
¿necesitáis refuerzos?") y dos ciudadanos honrados, hablando todos cordialmente. Como hacen las personas 
normales.
Una pena. Para todos. Un fracaso de la (presumible) inteligencia de la sociedad, de todas las generaciones... Sin excepción.