Hasta hoy mismo, la ciudad de Madrid tachaba su propio honor al mantener como alcalde honorífico de la villa a aquel general levantisco, traidor a España, que holló la capital en 1939 tras tres años de asedio y cruentos bombardeos. Después vinieron cuarenta años de silencio para la ciudad y para todo el país.
Hoy las instituciones democráticas han hablado y se han sacudido ese yugo (y esas flechas) de su deshonra.
Gallardón quizás sea un lobo con piel de cordero o un derechista con "complejo" (como diría Fedeguico) pero el caso es que el alcalde ha votado junto a parte de su grupo municipal a favor de la propuesta. Este sería el PP "light".
Tenemos, por contra, al PP sector "heavy": al que están adscritos políticos como Zaplana Martínez Pujalte, Aznar, Mayor Oreja (franquista confeso) o los concejales (que no sé si deberían seguir siéndolo) que en el preciso instante de votar la resolución contra los honores de Franco, han salido a fumarse el cigarrito, a tomar café o a estirar las piernas.
Estos dos concejales, considerados "pro-Aguirre" (o aguirristas), han demostrado tener muy poca decencia, muy poca dignidad. No es la primera vez que estos mismos ediles se ausentan de un pleno municipal cuando se votaban cuestiones de este tipo: como por ejemplo la concesión de una calle a un luchador antifranquista defensor de la vuelta de la democracia en nuestro país.
Por desgracia, en nuestra España, tenemos una parte de la derecha que sería incomprensible e inimaginable en Alemania o en Italia. Bueno, sólo en Alemania, visto lo visto últimamente. Una parte de la derecha que no se desprende de su origen objetivo: Alianza Popular (un partido salido del antiguo régimen, pre-democrático). Hay ejemplos en otros lugares: Rita Barberá, alcaldesa de Valencia, se ha negado en múltiples ocasiones a retirar a Franco los honores que él mismo se colgó.
El PP no sólo está dividido en torno a Bárcenas, en torno a la corrupción o en torno a la siempre abierta sucesión del perdedor Rajoy. El PP parece estar dividido en el fondo. Hay un Partido Popular que no vota declaraciones contra la homofobia, que no vota para reforzar la dignidad democrática, que se opone a la educación en valores, que desestima la memoria histórica...
Y otro PP más democrático, y en apariencia minoritario, que queda oculto tras el que parece predominar con su marcado regusto antiguo y que es el que nos toca sufrir día sí, día también.
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