El Partido Popular se ha convertido en un reflejo fiel y exacto del partido republicano americano, una especie de bunker "neo-con" que se nutre del miedo y el engaño masivo para adoctrinar a las capas de la población menos doctas y viscerales.
Su última campaña contra la inmigración, enmascarada en un contrato social de dudoso encaje práctico y constitucional supone una nueva andanada hipócrita de los populares en la búsqueda del voto obrero descontento con el fenómeno migratorio. Es legítimo plantear esta temática que sin duda preocupa a los españoles, lo que no es tan leal es ligar delincuencia con inmigración para demonizar a un sector de la población esencial para nuestro crecimiento económico y demográfico.
El colmo del cinismo sobreviene cuando Rajoy y sus acólitos hablan de seguridad y políticas de inmigración. El recorrido de estos señores ha quedado en la estadísticas y en las hemerotecas, para su desgracia, por lo que ha llegado el momento de recordar la acción de gobierno de los ejecutivos del señor Aznar donde el actual líder popular tuvo responsabilidades de gobierno. Políticas de seguridad e inmigración, controles en las aduanas y peso de los inmigrantes en nuestra sociedad.
He aquí el dossier que desacredita la propuesta de Mariano Rajoy:
POLÍTICAS DE SEGURIDAD
- Durante los gobiernos de Aznar el gasto del Estado, el esfuerzo presupuestario público en seguridad ciudadana cayó considerablemente. Pasó de suponer en 1996 el 0,63 a situarse en el 0,49 del PIB en 2004. Una caída, prácticamente, del 20 por cien en los recursos dedicados a seguridad. Y Mariano Rajoy, Astarloa y Arias Cañete callaban.
- Otro rasgo que caracteriza la política de seguridad del PP, fue la disminución continuada del número de Agentes de Policía del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil. En concreto, en Policía Nacional, se pasó de tener una plantilla de 52.000 en 1996 a menos de 44.000 en 2004. En 1996 había más efectivos de policía en la calle que en 2004 mientras crecíamos en algunos millones en población desde entonces. Y Mariano Rajoy, Artarloa y Arias Cañete callaban.
- Oferta de empleo público de Policía y de Guardia Civil: en 2001 se ofertaron 5.400 plazas; en 2002, 6.587; en 2003, 6.707; en 2004, 7.335. Y cuando llega este Gobierno, oferta pública de empleo: 10.600 plazas, cada año, para la Policía y la Guardia Civil, para recuperar el déficit que arrastrábamos de unas ofertas de empleo público insuficientes que deterioraron claramente la seguridad ciudadana. Ni siquiera se cubrían las bajas por jubilación.
- Mientras tanto se promocionaba la seguridad privada (muchos cargos del PP se dedicaron empresarialmente a este sector) y el delegado del gobierno en Madrid tras una feroz campaña de asaltos a chalets en 2003 (el año de mayor indice de criminalidad de los últimos años) llegó a decir que "quien quiera seguridad que se la pague". Y Mariano Rajoy, Astarloa y Cañete callaban.
Algunos datos sobre el sector privado de seguridad:
Su última campaña contra la inmigración, enmascarada en un contrato social de dudoso encaje práctico y constitucional supone una nueva andanada hipócrita de los populares en la búsqueda del voto obrero descontento con el fenómeno migratorio. Es legítimo plantear esta temática que sin duda preocupa a los españoles, lo que no es tan leal es ligar delincuencia con inmigración para demonizar a un sector de la población esencial para nuestro crecimiento económico y demográfico.
El colmo del cinismo sobreviene cuando Rajoy y sus acólitos hablan de seguridad y políticas de inmigración. El recorrido de estos señores ha quedado en la estadísticas y en las hemerotecas, para su desgracia, por lo que ha llegado el momento de recordar la acción de gobierno de los ejecutivos del señor Aznar donde el actual líder popular tuvo responsabilidades de gobierno. Políticas de seguridad e inmigración, controles en las aduanas y peso de los inmigrantes en nuestra sociedad.
He aquí el dossier que desacredita la propuesta de Mariano Rajoy:
POLÍTICAS DE SEGURIDAD
- Durante los gobiernos de Aznar el gasto del Estado, el esfuerzo presupuestario público en seguridad ciudadana cayó considerablemente. Pasó de suponer en 1996 el 0,63 a situarse en el 0,49 del PIB en 2004. Una caída, prácticamente, del 20 por cien en los recursos dedicados a seguridad. Y Mariano Rajoy, Astarloa y Arias Cañete callaban.
- Otro rasgo que caracteriza la política de seguridad del PP, fue la disminución continuada del número de Agentes de Policía del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil. En concreto, en Policía Nacional, se pasó de tener una plantilla de 52.000 en 1996 a menos de 44.000 en 2004. En 1996 había más efectivos de policía en la calle que en 2004 mientras crecíamos en algunos millones en población desde entonces. Y Mariano Rajoy, Artarloa y Arias Cañete callaban.
- Oferta de empleo público de Policía y de Guardia Civil: en 2001 se ofertaron 5.400 plazas; en 2002, 6.587; en 2003, 6.707; en 2004, 7.335. Y cuando llega este Gobierno, oferta pública de empleo: 10.600 plazas, cada año, para la Policía y la Guardia Civil, para recuperar el déficit que arrastrábamos de unas ofertas de empleo público insuficientes que deterioraron claramente la seguridad ciudadana. Ni siquiera se cubrían las bajas por jubilación.
- Mientras tanto se promocionaba la seguridad privada (muchos cargos del PP se dedicaron empresarialmente a este sector) y el delegado del gobierno en Madrid tras una feroz campaña de asaltos a chalets en 2003 (el año de mayor indice de criminalidad de los últimos años) llegó a decir que "quien quiera seguridad que se la pague". Y Mariano Rajoy, Astarloa y Cañete callaban.
Algunos datos sobre el sector privado de seguridad:
- En 2004, el sector aglutinaba a 1074 empresas,
- El número total de trabajadores supone 144.308, de los cuales 113754 son vigilantes.
- Entre 2001 y 2003 el número de vigilantes creció un 18 por cien (de 87496 a 103.699)
- La vigilancia y no otros servicios (transporte de fondos, alarmas) supone el 64 por cien del total de la facturación
- Desde el punto de vista económico hay que tener presentes tres datos básicos:
- El sector facturó 2781 millones de euros en 2003 (Holanda: 1070; Portugal 450; Suecia: 550; Bélgica 525 y Austria 210)
- Representa ya el 0,37 del PIB
- El crecimiento de la cifra de negocio entre el año 1999 y 2003 ha sido muy intenso, superior a los 1100 millones de euros.
- La evolución de la tasa de criminalidad, es decir, la evolución de los delitos y faltas conocidos en los años de gobierno del PP ha sido creciente. En términos absolutos, se pasó de un total de 1695.000 infracciones penales a más de 1985.000; lo que supone un crecimiento de la criminalidad conocida por las FCSE superior al 17 por cien. En términos relativos, el número de infracciones por cada 10.000 habitantes, pasó de estar en 3,9 en 1995 a 4,79 en 2002, lo que supone un incremento del 20,9 por ciento. Y Mariano Rajoy, Astarloa y Cañete callaban.
- Es necesario considerar también que, el crecimiento general del número de delitos, supuso en particular el crecimiento de los delitos más violentos, que son los que más alarma social crean. Concretamente, se puede hablar de una muy clara tendencia al alza en los delitos contra las personas, que aumentan el 76 por cien durante los gobiernos Aznar. Pasando de 13.838 en 1995 a 24.364 en 2003. Dando una vuelta de tuerca más a la cuestión, y analizando el tipo de delitos, podemos comprobar que en materia de muertes violentas (homicidios y asesinatos) se pasó de 813 en 1995 a 1366 en 2003. Lo que supone un incremento porcentual del 68 por ciento. Y Mariano Rajoy, Astarloa y Arias Cañete callaban.
- Así el Partido Popular fracasó estrepitosamente en materia de seguridad ciudadana debido principalmente a dos factores. Un factor determinante del fracaso, fue el abandono intencionado de la política de seguridad ciudadana. Un abandono cuyo objetivo no era otro que promover un cambio de modelo. Un cambio de modelo que consistía fundamentalmente en provocar la reducción de la dimensión del aparato de seguridad del Estado, con el fin de propiciar el aumento del papel de la seguridad privada en España. Y Mariano Rajoy, Astarloa y Cañete callaban.
POLÍTICAS DE INMIGRACIÓN
- En 1996 cuando Aznar llegó al poder teníamos 542.000 inmigrantes empadronados en España; cuando dejó el poder la cifra superaba los 3.600.000, estimándose además que durante esos 8 años la inmigración ilegal ha llegado a suponer 1.500.000 de irregulares más respecto a 1996.
- Los gobiernos de Aznar llevaron a cabo varios procesos de regularización, tantos y tan desorganizados que aún no sabemos cuantos fueron exactamente, si 4 o 5. En el año 2000, regularizaron a 163.352 personas; en tres procesos distintos, en 2001, regularizaron a 295.539 personas; y a través de los contingentes, entre 1997 y 1999, regularizan a más de 80.000 personas.
Gracias al proceso de regularización tenemos a 600.000 inmigrantes que estaban en la irregularidad y que ahora cotizan y contribuyen a la caja de la seguridad social como cualquier otro español. ¿Qué se hace con 600.000 personas trabajando irregularmente en un país? ¿Podemos dejarles en la irregularidad? Es la opción que tomaron los gobiernos del PP. Lo único que consiguieron fue que los que llegaban trabajasen también irregularmente y, por lo tanto, sin tributar ni cotizar, potenciando la economía irregular y la competencia desleal frente a los trabajadores españoles o los extranjeros legalmente residentes. el PP prefiere olvidar que gracias al proceso 577.000 inmigrantes cotizan a la Seguridad Social y son trabajadores con obligaciones y derechos que han salido de la economía sumergida.
La diferencia es que el proceso de regularización actual se ha basado en una serie de premisas que no se cumplían en los años Aznar:
- No se revisaban los antecedentes penales de quienes solicitaron regularizarse, a pesar de su preocupación por la delincuencia; el proceso de normalización actual ha exigido la inexistencia de antecedentes en España y en su país de origen.
- En esos procesos y que era objeto de tráfico entre los inmigrantes o por partes de redes de fraude; la normalización de 2006 ha exigido un contrato en vigor y alta en la Seguridad Social de manera ordenada, no desordenada, como se hicieron las anteriores, cuando gobernaban.
Esas regularizaciones que hicieron no significaban que aflorara la economía irregular, sino simplemente que se presentaran ofertas irreales; la normalización de 2006 ha elevado en más de 500.000 personas los cotizantes a la Seguridad Social porque se ha hecho correctamente.
- A pesar de la reticencias en principio de la Unión Europea, una vez culminado el proceso de regularización empezaron a llover elogios por lo exitoso del mismo. El comisario europeo de Empleo y Asuntos Sociales, el checo Vladimir Spidla, afirmó que la regularización extraordinaria de trabajadores inmigrantes realizada por España arroja resultados «a la altura de las circunstancias» y constituye un ejemplo para el resto de Estados miembros. Estimó que la iniciativa del Gobierno español de regularizar a cerca de 700.000 inmigrantes que trabajan ya en España sin papeles, fue «muy valerosa» y se ha demostrado eficaz. «Desde mi punto de vista, los resultados están a la altura de las circunstancias. Deberíamos todos imitar a España», afirmó el comisario.
- Alemania y Holanda comunicaron el pasado mes de marzo al resto de países de la UE su intención de regularizar a decenas de miles de inmigrantes que viven desde hace más de un lustro en ambos países. Fue la primera vez que un Estado europeo informaba a los demás de sus planes de regularización, exigencia nacida después de que España pusiera en marcha el proceso de normalización de 2005. La regularización española suscitó numerosas críticas, y las más duras fueron formuladas precisamente por Alemania y Holanda, que ahora cambian su política migratoria.
VIGILANCIA FRONTERIZA
- En el año 2004 en los aeropuertos de este país había 823 efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para el control de nuestras fronteras. Ya solo en el año 2005, con los primeros presupuestos socialistas, en los aeropuertos de este país hay 1.279 efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para el control de nuestras fronteras.
- Lo más grave es que del año 2000 al año 2004 en los aeropuertos de este país para el control de la entrada de extranjeros irregularmente pasamos de 858 a 823 agentes; menos efectivos en nuestros aeropuertos durante la última legislatura de Aznar. Así entraron esos centenares de miles de trabajadores a través de la irregularidad en nuestro país. Y Mariano Rajoy, Astarloa y Arias Cañete callaban.
- En el año 2004 había 141 efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para el control de esas fronteras. En el año 2005 hay 236 efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para el control de esas fronteras. En el año 2000 bajó de 190 a 141 el número de empleados públicos para el control de la frontera en Francia. Y Mariano Rajoy, Astarloa y Arias Cañete callaban.
CONCLUSIÓN- Es necesario considerar también que, el crecimiento general del número de delitos, supuso en particular el crecimiento de los delitos más violentos, que son los que más alarma social crean. Concretamente, se puede hablar de una muy clara tendencia al alza en los delitos contra las personas, que aumentan el 76 por cien durante los gobiernos Aznar. Pasando de 13.838 en 1995 a 24.364 en 2003. Dando una vuelta de tuerca más a la cuestión, y analizando el tipo de delitos, podemos comprobar que en materia de muertes violentas (homicidios y asesinatos) se pasó de 813 en 1995 a 1366 en 2003. Lo que supone un incremento porcentual del 68 por ciento. Y Mariano Rajoy, Astarloa y Arias Cañete callaban.
- Así el Partido Popular fracasó estrepitosamente en materia de seguridad ciudadana debido principalmente a dos factores. Un factor determinante del fracaso, fue el abandono intencionado de la política de seguridad ciudadana. Un abandono cuyo objetivo no era otro que promover un cambio de modelo. Un cambio de modelo que consistía fundamentalmente en provocar la reducción de la dimensión del aparato de seguridad del Estado, con el fin de propiciar el aumento del papel de la seguridad privada en España. Y Mariano Rajoy, Astarloa y Cañete callaban.
POLÍTICAS DE INMIGRACIÓN
- En 1996 cuando Aznar llegó al poder teníamos 542.000 inmigrantes empadronados en España; cuando dejó el poder la cifra superaba los 3.600.000, estimándose además que durante esos 8 años la inmigración ilegal ha llegado a suponer 1.500.000 de irregulares más respecto a 1996.
- Los gobiernos de Aznar llevaron a cabo varios procesos de regularización, tantos y tan desorganizados que aún no sabemos cuantos fueron exactamente, si 4 o 5. En el año 2000, regularizaron a 163.352 personas; en tres procesos distintos, en 2001, regularizaron a 295.539 personas; y a través de los contingentes, entre 1997 y 1999, regularizan a más de 80.000 personas.
Gracias al proceso de regularización tenemos a 600.000 inmigrantes que estaban en la irregularidad y que ahora cotizan y contribuyen a la caja de la seguridad social como cualquier otro español. ¿Qué se hace con 600.000 personas trabajando irregularmente en un país? ¿Podemos dejarles en la irregularidad? Es la opción que tomaron los gobiernos del PP. Lo único que consiguieron fue que los que llegaban trabajasen también irregularmente y, por lo tanto, sin tributar ni cotizar, potenciando la economía irregular y la competencia desleal frente a los trabajadores españoles o los extranjeros legalmente residentes. el PP prefiere olvidar que gracias al proceso 577.000 inmigrantes cotizan a la Seguridad Social y son trabajadores con obligaciones y derechos que han salido de la economía sumergida.
La diferencia es que el proceso de regularización actual se ha basado en una serie de premisas que no se cumplían en los años Aznar:
-
- En esos procesos
Esas regularizaciones que hicieron no significaban que aflorara la economía irregular, sino simplemente que se presentaran ofertas irreales; la normalización de 2006 ha elevado en más de 500.000 personas los cotizantes a la Seguridad Social porque se ha hecho correctamente.
- A pesar de la reticencias en principio de la Unión Europea, una vez culminado el proceso de regularización empezaron a llover elogios por lo exitoso del mismo. El comisario europeo de Empleo y Asuntos Sociales, el checo Vladimir Spidla, afirmó que la regularización extraordinaria de trabajadores inmigrantes realizada por España arroja resultados «a la altura de las circunstancias» y constituye un ejemplo para el resto de Estados miembros. Estimó que la iniciativa del Gobierno español de regularizar a cerca de 700.000 inmigrantes que trabajan ya en España sin papeles, fue «muy valerosa» y se ha demostrado eficaz. «Desde mi punto de vista, los resultados están a la altura de las circunstancias. Deberíamos todos imitar a España», afirmó el comisario.
- Alemania y Holanda comunicaron el pasado mes de marzo al resto de países de la UE su intención de regularizar a decenas de miles de inmigrantes que viven desde hace más de un lustro en ambos países. Fue la primera vez que un Estado europeo informaba a los demás de sus planes de regularización, exigencia nacida después de que España pusiera en marcha el proceso de normalización de 2005. La regularización española suscitó numerosas críticas, y las más duras fueron formuladas precisamente por Alemania y Holanda, que ahora cambian su política migratoria.
VIGILANCIA FRONTERIZA
- En el año 2004 en los aeropuertos de este país había 823 efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para el control de nuestras fronteras. Ya solo en el año 2005, con los primeros presupuestos socialistas, en los aeropuertos de este país hay 1.279 efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para el control de nuestras fronteras.
- Lo más grave es que del año 2000 al año 2004 en los aeropuertos de este país para el control de la entrada de extranjeros irregularmente pasamos de 858 a 823 agentes; menos efectivos en nuestros aeropuertos durante la última legislatura de Aznar. Así entraron esos centenares de miles de trabajadores a través de la irregularidad en nuestro país. Y Mariano Rajoy, Astarloa y Arias Cañete callaban.
- En el año 2004 había 141 efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para el control de esas fronteras. En el año 2005 hay 236 efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para el control de esas fronteras. En el año 2000 bajó de 190 a 141 el número de empleados públicos para el control de la frontera en Francia. Y Mariano Rajoy, Astarloa y Arias Cañete callaban.
El PP juega con tópicos que no se ajustan a la realidad. Hay una tendencia a asumir que la derecha es mucho más dura con la delincuencia y la inmigración ilegal que la izquierda, que suele ser demasiado blanda. En seguridad estábamos mejor con González que con Aznar, y de nuevo con Zapatero, otro presidente socialista, se vuelve a afrontar el problema de la inseguridad después de años de dejadez e incompetencia del PP.
Se han aumentado las plantillas de cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, las unidades judiciales, se han establecido mayores controles fronterizos y a día de hoy somos la envidia del resto de países en materia de expulsión de inmigrantes ilegales (50% del total) gracias a los acuerdos con los países emisores.
La derecha tiene todo el empeño en trasladar a la opinión pública que vivimos en un Estado de Excepción, como si estuviésemos en Kabul o Babdag y salir a la calle fuese un peligro. Han lanzado consignas para criminalizar la inmigración que ellos tanto empeño pusieron porque fuera ilegal y barata para el lobby de la construcción. Fueron sus gobiernos los que permitieron que entrasen millones de inmigrantes sin ningún control para levantar el chiringuito inmobiliario y el sector servicios. Fueron ellos los que relajaron los controles en aeropuertos y aduanas para dotar de mano de obra barata (y sin derechos y obligaciones) para enriquecer a sus amigos empresarios. Es el colmo del cinismo que renieguen de sus propias prácticas políticas cuando en sus años acometieron varios procesos de regularización.
Es preciso que los ciudadanos conozcan y mediten todos estos datos a la hora de valorar lo que votan, pues seguramente muchos, votando al PP, el partido conservador por excelencia, estén confundiéndose: estarán votando menos gasto público en seguridad, menos inversión pública y que haya menos policía en la calle; y que quien pueda, se pague seguridad privada. Ya es hora de desterrar esos falsos tópicos. Ya es hora de abandonar la xenofobia. Ni contratos ni contratas, sólo existe la ley. Que los inmigrantes la cumplan como el resto de españoles. Sólo existe la Constitución y la Carta de Derechos Humanos.
La inmigración es necesaria. Un respeto, por favor, señores de la derecha extrema. Gracias a los inmigrantes muchos de ustedes se han ahorrado impuestos para que hoy vayan en Mercedes y avión privado.
Ea, qué bien se queda uno cuando dice la verdad, ¿o no?
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