16 de febrero de 2008

El debate y la coleción de cactus (1ª parte)

Me parece indignante que los candidatos a la presidencia vayan a debatir sólo por televisión. ¿Qué hay de Internet? ¿Para cuándo un debate por Messenger o similar? Con emoticonos incluidos...

Y aun así eso es injusto ("o sea, injustísimo que te cagas, Mari Pili"), porque hay gente que no tiene Internet. Exijo debates por teléfono. Y para quienes no tengan teléfono, uno o dos debates por correspondencia. Un animado y jugoso cruce de cartas entre estos dos líderes de ideas tan opuestas. Uno de ellos apuesta por la economía de mercado mientras que el otro está por la economía de mercado.
El carácter informal de "estar por" tiene implicaciones políticas fundamentales que a mí en este momento se me escapan porque estoy algo cansado.

Una vez me peleé a puñetazos por correspondencia. He de reconocer que perdí. No esquivé a tiempo un directo de derecha, perdí el equilibrio y caí sobre mi colección de cactus. Cuando digo colección de cactus, me refiero a mi cactus. Uno. El singular también acaba en -s, cosa que es, como mínimo, irritante.

Digo que es una colección porque justo acababa de comenzarla. Ahora ya tengo uno. Supongo que tendría que explicar que en este periodo de tiempo transcurrido entre que tenía un cactus y ahora que tengo un cactus, me he dedicado a la compra-venta de cactus. De un cactus. Maldito singular acabado en -s. ¿No hay nadie que diga cacto, que también es correcto? No quiero ser el único que vaya por ahí diciendo cacto. Me sentiría marginado y solitario.

Además, dado el escasamente extendido uso del término, me vería obligado a ir dando explicaciones del tipo: "No, verás, es que cacto es tan correcto como cactus". De hecho, es más correcto, dado que el final en -o es más habitual en español que el final en -us... Aunque también es verdad que decimos pus y no po, autobús y no autobó, repelús y no repeló. Pero imagino que todo esto tendrá una explicación perfectamente razonable. Y si no la tiene, será por algo también perfectamente razonable.

Y para quienes no tengan casa, un debate a gritos por las calles. Los ciudadanos han de estar informados acerca de dos de las opciones que tienen. Lo contrario sería injusto para cualquiera de esas dos opciones. Es muy duro ser opción. Siempre tienes alternativa y a veces te dejan de lado. Y triste. Duro y triste. Aunque al menos sales por la tele. Y, con suerte, también por Internet, por teléfono, por carta y por las calles.

Ah, qué tiempos, cuando me soltaban la camisa de fuerza y me dejaban salir a la calle a jugar. Pero luego cerraron la timba de póquer del parque, decían que era un juego de dudosa legalidad, un juego "irregular"...

Póquer es más o menos como cacto, ¿no?

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Fuente:
La decadencia del ingenio
Un ingenioso y desternillante texto de Jaime Rubio

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